Los bosques de Bel Younech

Según informa este martes 11 de octubre Tomás Bárbulo, desde Casablanca, para El País, "las fuerzas de seguridad marroquíes han desatado una auténtica "cacería de negros" en los bosques de Bel Younech, densamente poblados de pinos y alcornoques, junto a la valla fronteriza de Ceuta".

Es una paradoja tremenda que un país que reconoce a un ser humano su condición de tal alce una valla como ésa para evitarse deber reconocer a ese mismo ser humano su condición de tal, condición que no le puede negar una vez salvada la valla. Y que, sin poder salvar esa valla, ese ser humano sea poco menos que una pieza de caza para las fuerzas armadas del país que está del otro lado de la valla.

Esos bosques de Bel Younech, junto a la valla de Ceuta, son también el jardín botánico. En torno a la valla, 12 kilómetros de bosque de pino y de eucaliptus han sido arrasados para facilitar la caza al hombre. Este roble de la fotografía está muy lejos de allí, completamente de este lado de la valla. Ningún ser humano subsahariano se protege bajo su copa, nadie cuelga de una de sus ramas una bolsa de plástico con sus escasas pertenencias. Este roble se adentra en el otoño con todos sus derechos muy bien reconocidos, tiene la valla salvada.