Abril no pudo con ellas

Primavera fría de estas latitudes, las plantas exóticas demoran en crecer y se quedan lejos de multiplicarse. Aun así, la luz abunda y apura la vegetación, y hasta los árboles más altos revedecen , las imponentes hayas, los más tardíos en hacer hoja, y el paisaje satura de verde. O de verde y burdeos. Porque aun si la naturaleza es verde y árboles y plantas tienen clorofila, algunas variedades --hayas, prunos, crespones, abedules, sycomoros, berberis, cotinus, fotinias-- no esperan el otoño para enrojecer.

A la pregunta  ¿Por qué las hojas del ciruelo son moradas, acaso no tienen clorofila? responde, en el sitio www.explora.cl, Gloria Montenegro, botánica, profesora de la facultad de agronomía de la Universidad católica de Chile :
"Las plantas tienen:
1) pigmentos clorofílicos (que le dan el color verde a los tejidos y, por supuesto, a la hoja), ubicados en los plastidios de las células parenquimáticas de las hojas.
2) pigmentos antocianos (responsables de los colores rojo y morado de las flores), disueltos en el jugo vacuolar de las mismas células.
"Cuando las hojas tienen pigmentos antocianos en las vacuolas de las células parenquimáticas del mesófilo de las hojas, el color queda en evidencia cuando la clorofila que los enmascaraba se descompone o desintegra con la vejez del órgano llamado hoja. Por lo tanto, el color azul o rojizo de las hojas aparece fundamentalmente cuando la clorofila ya no está".

Capisce ? O sea que tarde o temprano la clorofila no está o no estará. Morados (o bermejo, o amaranto, o retinto) nos pondremos todos. Por ahora, quien se acerque a un espino albar percibirá el delicioso olor sedante de sus flores . Están en flor también las pavlonias y todas las variedades del castaño de indias. Y en el jardín de Maeterlinck, el árbol de judea, el liburno y un viburno. Y las últimas lilas. Abril (the cruelest month) no pudo con ellas.