El jardín del diablo

Las plantas crecen menos, un treinta por ciento menos, en buena parte a causa de la canícula que afectó al continente europeo en julio y agosto del 2003, afirma un estudio publicado por la revista británica Nature. Para hacer fotosíntesis contando con menos vegetación, los bosques han expelido más y han absorbido menos gas carbónico. Presentando este fenómeno, el diario Le Soir de Bruselas titula a lo tonto : El bosque puede ser nocivo.

Según otro estudio publicado por Nature, los jardines del diablo amazónicos, aquellas zonas de la Amazonía donde sólo crece una única especie, Duroia hirsuta, son, tal como lo han creído desde siempre los habitantes de la selva, obra de un espíritu maligno. Un gran malvado de pequeño tamaño,  Myrmelachista schumanni, una jodida hormiga que utiliza su ácido fórmico como herbicida para acabar con cualquier planta que no sea el árbol en el que prefiere anidar.

Lleno está el mundo, en general, y el mundo laboral en particular, de jardines del diablo, cultivados por hormigas sádicas sobre árboles masoquistas.